Como
hemos mencionado anteriormente, el nacimiento del arroyo Guadarromán
se produce en las inmediaciones de Trassierra y cruza la margen derecha
del Valle del Guadalquivir a pocos kilómetros de la capital, marcando
el límite entre Córdoba y Almodóvar del Río.
- El caudal de este pequeño arroyo es alimentado por los cerros del
Loro y Alcornocal, las llanas dehesas de encinas y alcornoque del Rosal
de las Escuelas, y el arroyo Matalagartos, procedente de las fincas de Valdejetas
y Barasona.
- La zona que alberga al Guadarromán no ha sufrido mucha modificaciones,
pese a su cercanía a Córdoba. No obstante podemos encontrarnos
áreas donde el camino del arroyo transcurre junto a indicaciones
de "no pasar, camino privado".
- Aún así, el área de la Sierra que da cobijo al arroyo,
conserva una importante riqueza natural. La vegetación de las laderas
es muy diversa a lo largo de su recorrido serrano, destacando las comunidades
boscosas con matorral en el Cerro Mirador, compuestas por alcornoque
(Quercus suber), madroños (Arbutus
unedo), olivillas (Teucrium fruticans),
encinas (Quercus ilex), pinos
piñoneros (Pinus pinea) y durillos
(Viburnum tinus). Pero a medida que el arroyo va descendiendo el alcornoque
va siendo sustituido por especies como el acebuche
(Olea europea), esparraguera blanca (Asparragus
albus), palmito (Chamaerops humilis)
y almezo. Aunque también hemos
de destacar especies como parras silvestres
(Lonicera periclymenum), zarzaparrillas
(Smilax aspera), adelfas (Nerium oleander),
majuelos (Crataegus monogyna), etc.
Este último es un arbusto o arbolillo de 3 ó 4 metros , muy
ramificado y con fuertes espinas, cuyas flores tienen propiedades sedantes
y con ellas se puede hacer un excelente tónico cardíaco.
Hemos de destacar también que el palmito,
pequeña palmera dioica formada por varios troncos, tiene un elevado
contenido en taninos, tanto en dátiles como en hojas, que es muy
útil contra las diarreas. El corazón, que los árabes
denominan cifilio, del palmito recién brotado es para ellos un auténtico
manjar, que comen con deleite, costumbre que, desgraciadamente, aniquila
las formaciones de palmito que tienden a agruparse para sobrevivir.
- Pero si observamos detenidamente, nos daremos cuenta de la cantidad de
fauna que alberga esta vegetación: Aves como la paloma
torcaz (Columba palumbus), el pito real
(Picus viridis), el cuco (Cuculus canorus),
el rabilargo (Cyanopica cyana), el torcecuello
(Jynx torquilla) y el trepador azul (Sitta
europaea); y otras invernantes como las currucas
(Sylvia sp.), petirrojos (Erithacus rubecula)
o zorzales (Turdus philomelos). Ocasionalmente
pueden verse surcando los cielos el ratonero
común (Buteo buteo), el azor
(Accipiter gentilis) y el águila culebrera
(Circaetus gallicus), ésta última sólo en verano.
De todos éstos, destacar el cuco y el
ratonero. El primero de ellos lo reconoceremos fácilmente
por su pegadizo canto "cu-cu" que anuncia la llegada de la primavera.
Tiene la cabeza y dorso gris, partes inferiores barradas; distinguible del
Gavilán por su pico fino, alas puntiagudas y graduadas, cola moteada;
canto característico; sexos iguales, aunque hay una rara variedad
en que la hembra está coloreada de castaño y barrada por encima
y debajo; los jóvenes son castaños y barrados, con manchas
blancas en la cabeza.
El ratonero es una rapaz de mediano tamaño, con las alas relativamente
largas y anchas. Cola ancha y corta de forma redondeada. Cabeza robusta
y cuello corto. Al remontarse presenta las alas elevadas y echadas hacia
adelante. Predominan en las zonas boscosas frente a las de matorral, que
normalmente son utilizadas junto a las zonas cultivadas como cazaderos.
Se observan también en las zonas boscosas mixtas. En invierno utilizan
los terrenos abiertos con árboles dispersos.
Aunque también, esta zona ofrece toda clase de recursos a mamíferos
como el tejón, el turón,
el erizo, el meloncillo
(Herpestes ichneumon), el jabalí
(Sus scrofa) y el zorro (Vulpes vulpes).